Este tratamiento es necesario realizar cuando la limpieza bucal no es suficiente.

El raspado dental y alisado radicular consisten en el raspado de las superficies de las raíces de los dientes mediante unos instrumentos llamados curetas cuya finalidad es la de sanear las encías y las piezas dentales. Este curetaje suele realizarse en varias sesiones, dividiendo nuestra boca en cuatro cuadrantes diferentes y aplicándolo solo en un cuadrante por sesión. Al ser un poco molesto, es posible que sea necesario utilizar anestesia local para minimizar las molestias a nuestros pacientes.

Gracias a esta técnica, logramos eliminar el sarro y la placa bacteriana más allá de la superficie de los dientes, en las zonas más ocultas por las encías, accediendo así al espacio existente entre el diente y la encía para la realización del curetaje o limpieza a fondo.

La cirugía periodontal es la técnica necesaria para acceder a zonas con más dificultad, a las que incluso el raspado dental o alisado reticular no ha podido subsanar, básicamente porque ya el paciente presente lesión en el hueso. En estos casos, se inyecta en la zona de la raíz del diente una medicación especial denominada Emdogain que se ocupará de regenerar los tejidos dañados, y tras esa inyección ya se cierra la herida con puntos tras la intervención